martes, 9 de julio de 2013

¡Hora de reformar la cocina!

Compras una casa pero no te gusta la cocina. Tanto la cocina como el baño aseguran un buen retorno de la inversión. No en vano, las cosas se venden o alquilan más rápido y más caras si tienen “el baño y la cocina a nuevo”. Antaño despreciada como un mero lugar de trabajo, la cocina fue convirtiéndose en las últimas décadas en uno de los espacios que los habitantes de una casa más disfrutan y uno de los primeros en preferencias a la hora de las remodelaciones.
  Proyectar la mesada: tres datos clave
1. Conviene que el granito se coloque de forma independiente del mueble por medio de una ménsula. De esa forma, si luego se quiere cambiar el bajomesada, no será necesario desarmar toda la cocina.
2. Al planificar las medidas lo ideal es asegurarse de que el granito sobresalga más que el mueble, lo que evitará que se chorreen las puertas. En cuanto al zócalo, éste deberá estar más embutido aún para poder colocar allí los pies y trabajar cómodamente sobre la mesada.
3. Y por último: por lo general, en el lugar donde se colocarán los muebles se construye una banquina de material revestida igual que el piso. Es decir: este trabajo debería estar terminado para cuando los muebles lleguen.
¿Qué tener en cuenta al momento de encarar, por fin, el trabajo? Para empezar, asesoramiento, ya que se trata de uno de los ambientes que, para ser reformados, requieren más inversión. Es cierto que si la remodelación se lleva a cabo correctamente la propiedad se valoriza, pero lo mismo podría ocurrir en el sentido contrario. En todo caso, la conclusión es que aquí la planificación es más importante que nunca.
La primera pregunta es cuáles son las necesidades de los habitantes de una casa, cuántas personas circulan por allí y cuáles son sus edades, gustos y costumbres. Tenga en cuenta también que la remodelación de la cocina tiene una base de precio que es muy difícil de bajar, lo que también implica que, entre una cocina de gran calidad y una de calidad mediana o baja, puede llegar a haber un 30 o, como mucho, un 40 por ciento de diferencia.
SUGERENCIAS
* La relación entre el espacio y los muebles es uno de los principales aspectos a planificar, ya que la llamada “sensación de lugar” es una de las características más preciadas en una casa. Por eso, al remodelar es clave asegurarse de tener una relación equilibrada entre el espacio aéreo, el de trabajo y el piso.
* Lo aconsejable es determinar distintos espacios de trabajo, con condiciones de iluminación adecuadas y herramientas a mano. En este sentido, una tendencia que viene tomando fuerza es dejar lugares abiertos para instalar allí rincones de socialización.
* Si está planificando una casa desde cero y cuenta con la posibilidad de elegir el lugar para la cocina, piense en este aspecto fundamental: la accesibilidad. Una buena opción -y no por nada una de las más frecuentes- es que cuente con doble entrada.
* Las últimas tendencias apuntan a la elección de materiales que reduzcan al mínimo el gasto de energía y agua dentro del hogar. Como la cocina es uno de los espacios que más se utilizan, es también el que más consume: una inversión más alta hoy puede llegar a redundar en más ahorro en el futuro.
* Todos lo saben: el tiempo es dinero. Por eso es indispensable averiguar antes de comenzar el trabajo cuánto tiempo durará y qué inconvenientes traerá a los habitantes de una casa, por ejemplo: no poder utilizar la cocina durante todo un mes, o tener que buscar una casa amiga para bañarse. Gastar más para acelerar los tiempos puede sonar ridículo, pero también hay que tener en cuenta el estrés de vivir durante meses sin poder resolver cómodamente situaciones cotidianas y elementales.
IDEAS
– Un sitio para prestar especial atención es la pared de atrás de las hornallas, ya que es ahí donde suele fijarse la vista al cocinar. Aprovéchela para generar algún recurso creativo.
- Si va a adquirir electrodomésticos nuevos, sea especialmente minucioso respecto de sus medidas, para no encontrarse con sorpresas desagradables al instalarlos.
- Según recomiendan los expertos, en la cocina conviene hacer una reforma integral (es decir, tirarla abajo por completo y volver a colocarla) o, en todo caso, inclinarse por una “lavada de cara” superficial. Las opciones intermedias suelen ser para problema.

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