martes, 2 de julio de 2013

Elegir la paleta de colores para el living

livingAl momento de comprar una casa y de seleccionar los colores que utilizaremos para el living, lo primero que tendremos que evaluar será la versatilidad de la paleta para convivir con el mobiliario que tengamos. En segundo lugar, habrá que responder a esta pregunta: ¿quiere que las paredes se destaquen por derecho propio o prefiere, en cambio, que sean una suerte de fondo mudo para hacer lucir los muebles y otros objetos decorativos?
Analizando las opciones, podríamos organizarlas en cinco grandes líneas de gamas:
Tonos neutros. Los blancos, los cremas y los grises aportan a las habitaciones una sensación de tranquilidad y son una gran base para sumar toques de color más intensos. También suelen ser los más elegantes.
Colores de la tierra. Los ocres, los anaranjados y terracotas resultan ideales para ambientes espaciosos y son la manera más simple de aportar calidez. Con los rojos más oscuros -como el borgoña- es posible conseguir una atmósfera más sugestiva. Por lo demás, son súper versátiles: ni marcadamente femeninos ni tampoco tan masculinos, perfectos tanto en ambientes rústicos como refinados.
Colores saturados. Son aquellos que tienen el máximo poder de pigmentación. Amarillos, rojos y verdes están cada vez más a la moda, incluso entre los gustos más conservadores. También son, en sí mismos, un truco: con unos pocos toques son capaces de brindar energía a un cuarto. Claro que los saturados son al mismo tiempo una aventura que debería llevarse a cabo con cierto cuidado, esto es: planeando muy bien el área y balanceándolos con elementos claros.
Tonos pastel. Son versátiles, aportan frescura, feminidad y un toque romántico. Combinados con otros tonos -o incluso con el blanco- pueden dar lugar a efectos decorativos estupendos. Por otra parte, son una forma de atrapar la luminosidad.
Gamas de fríos. Resultantes de la mezcla de azules, violetas y verdes, pueden aclararse con pintura blanca y oscurecerse con grises azulados. Son colores óptimos para ambientes que reciben una luz cálida, aunque tampoco habría que amedrentarse frente a la idea de que los azules producirán, necesariamente, ambientes demasiado fríos.
¿Blanco puro?
Optar por un esquema de color en el que predomine el blanco, ¿quiere decir que se tratará necesariamente del cegador blanco puro? La mayoría de las veces no. Lo más común es hablar de “off-white” o “blanco sucio”, ése que, aunque a primera vista parezca blanco, está en realidad mezclado con un toque de otro color (que tal vez puede ser marrón, o gris), lo que se comprueba con sólo acercarle una hoja de papel. De esta forma lucirá más amigable y sin tanto brillo.
Para tener en cuenta
* Si se dispone de una alfombra con diseño, obras de arte clásicas, accesorios tradicionales o incluso antigüedades, pintar las paredes de blanco puede ser una buena opción, ya que así resaltarán los colores de los objetos. Además, todo combina con el blanco.
* Para un living que no se a demasiado luminoso, una solución es colocar cortinas de tonos amarillos y de una tela delgada. De esa manera, la luz proyectará a través de ellas un cálido brillo.
* ¿Pintar una sola pared de otro tono? Puede ser, pero habrá que tener en cuenta que ese muro se transformará automáticamente en el principal foco de atención. Y otro dato: aunque se quiera pintar una sola pared, lo mejor será hacerlo cuando se renueve toda la pintura, ya que si no, la pintura más antigua quedaría en evidencia junto a la pulcritud de la nueva.
* Para crear sensación de espacio, es bueno elegir para las paredes colores neutros, ya que contribuirán a “alejarlas” al reflejar la luz y, por eso mismo, a que un ambiente parezca más grande. Por lo demás, el blanco siempre parece disimular los confines de una habitación, por lo que logra el mismo efecto.

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